Cítricos

Cítricos

El género Citrus, cuyo término común es cítrico, designa las especies de grandes arbustos o arbolillos perennes (entre 5 y 15 m) de la familia de las rutáceas cuyos frutos o frutas poseen un alto contenido en vitamina C y ácido cítrico, el cual les proporciona ese sabor ácido tan característico. Oriundo del Asia tropical y subtropical, este género contiene tres especies y numerosos híbridos cultivados, inclusive las frutas más ampliamente comercializadas, como el limón, la naranja, la lima, el pomelo y la mandarina, con diversas variedades que dependen de la región en la que se cultive cada una de ellas.

Su fruto es un hesperidio, característico del género. Debido a la facilidad de hibridación de los cítricos, todos los cultivos para uso comercial se obtienen injertando las especies cultivares deseadas sobre plantones seleccionados por su resistencia a las enfermedades. Los cítricos son un conjunto de frutas que tienen un sabor que puede ser ácido o agridulce, pero que siempre son muy jugosas y aromáticas. Nacen en árboles pequeños que florecen en primavera y dan frutos en otoño e invierno. Los cítricos más conocidos son el limón, la naranja, la toronja, la mandarina y la lima.

Origen

Los cítricos proceden de Oriente, China e India, desde donde se extendieron por todo el mundo. En el siglo X los árabes introducen en España el naranjo amargo y el limonero, en principio se apreciaron por su carácter ornamental y fue en el siglo XV cuando se empezaron a valorar como frutales. En España los cítricos se adaptaron muy bien al clima levantino sin embargo no hubo plantaciones regulares hasta finales del siglo XVIII. Fue con la introducción de las naranjas dulces cuando se creó el gusto y la afición por el consumo de estas frutas que hasta entonces no existía. Durante la primera mitad del siglo XIX el crecimiento de la citricultura fue lento, posteriormente los resultados comerciales empezaron a ser positivos sobre todo en el campo valenciano por las condiciones climatológicas, la calidad de los suelos y la facilidad del riego entre otros factores. Aumentó el cultivo y la producción, y en las décadas de 1860-1870 los cítricos empezaron a alcanzar una importante significación económica y exportadora que supuso el inicio de la gran expansión actual.

Con la tecnificación de los huertos, comenzó la exportación a Francia, Gran Bretaña y otros países europeos casi siempre por comerciantes mallorquines. En poco tiempo la naranja pasó a ser uno de los principales productos de exportación española.El cultivo de la mandarina se introduce en el año 1858 y unos años más tarde la variedad de naranja sanguina, procedente de la isla de Malta. Finalmente el pomelo, de reciente introducción, fue importado de Estados Unidos.

Descripción

– Tallo: Los cítricos son plantas con un solo tronco, de color pardo y ramificación variable. Los tallos jóvenes en formación son verdes y tiernos y poseen una cresta que se extiende por debajo de la base de cada peciolo, haciendo que la sección transversal sea triangular en un principio para convertirse en circular con el tiempo, según el tallo va ganando en espesor. Se pueden distinguir, por lo tanto, dos tipos de crecimiento, el longitudinal y el crecimiento en grosor. En el tallo se localizan las hojas, las yemas tanto axilares como apicales, las espinas, las flores y los frutos. Las hojas se ordenan de forma espiral alrededor del tallo, y la dirección de la espiral va cambiando con cada brotación. La filotaxia de la mayoría de las especies, y de algunos géneros afi nes como Poncirus y Fortunella, es de 3/8. En el caso de las zamboas o pummelos y los pomelos, la fi lotaxia es de 2/5. Las yemas axilares aparecen en el punto de unión de la hoja con el tallo (axila), mientras que las yemas apicales lo hacen en el extremo del tallo. Normalmente aparece una yema principal y varias yemas accesorias y es la mayor de ellas la que brota y se desarrolla; solo en el caso de que esta se pierda se desarrollará alguna de las restantes. En la axila también suele aparecer una espina, aunque hay especies que prácticamente carecen de ella. El tamaño de esta espina puede variar según la especie, el vigor de la brotación y, sobre todo, según la edad de la planta.

– Raíz: Es la parte subterránea de la planta y tiene una gran distribución tanto vertical como horizontal. En general, las raíces son profundas, en función de la especie y las características del suelo, pero la mayor parte de la masa radicular se encuentra cerca de la superficie. El sistema radicular está compuesto por la raíz principal, que crece directamente hacia abajo y sirve de anclaje a la planta, y las raíces laterales o secundarias. Las raíces secundarias se desarrollan de manera ramificada y sirven de soporte a los pelos radicales, encargados de la absorción del agua y los nutrientes. Las raíces secundarias son de dos tipos: unas finas y fibrosas, que constituyen una masa densa conocida como barbada, y otras largas y consistentes. La barbada forma manojos de unos 20 a 30 cm de longitud, a partir de la raíz principal en el caso de plantas jóvenes o de las raíces laterales en plantas adultas. Al igual que en la parte aérea, el crecimiento radicular no es continuo sino que se alterna con los brotes aéreos, aunque en árboles adultos el crecimiento puede llegar a ser casi continuo. Es muy habitual que, en condiciones normales de cultivo, las raíces de los cítricos posean micorrizas, constituyendo asociaciones eficaces.

– Hoja: Los cítricos son árboles de hoja perenne, a excepción de Poncirus trifoliata que es caducifolio. Sin embargo, las hojas tienen una duración determinada y se van renovando a lo largo del tiempo. Su vida media es de unos quince meses para las hojas situadas en ramas de producción, mientras que puede llegar hasta los cuatro años en aquellas que se sitúan en brotes verticales vigorosos. El periodo de mayor caída es la primavera, principalmente después de la floración. Las hojas se desprenden del tallo por las zonas de abscisión, que son las situadas en la unión del tallo al peciolo y de este al limbo. La hoja es compuesta, imparipinnada, aunque aparenta ser simple porque en la mayoría de los casos solo se conserva el foliolo terminal. Una prueba de ello puede observarse en la articulación existente entre el limbo y el peciolo, aunque en algunas especies este último puede estar ausente. El peciolo puede ser más corto que la lámina de la hoja, y entonces decimos que la hoja es brevipeciolada, o ser más largo que la lámina, en cuyo caso la denominamos longipeciolada, En muchas especies, los peciolos son alados. Las alas pueden ser muy prominentes, como en el caso de la zamboa, los pomelos y el naranjo amargo, o ser apenas visibles como en las satsumas. El limbo es de color verde oscuro en el haz y verde claro en el envés. Las hojas jóvenes presentan un verde más claro que las adultas –salvo en los limones y cidros, que son violáceas– y solo se oscurecen al cesar el crecimiento de la brotación. La forma varía de oval a oblonga y también existe gran variación en cuanto al tamaño de unas y otras especies. La nerviación es reticulada. La vena central es prominente y va haciéndose más difusa según se acerca al ápice. En el haz existen glándulas de aceite cerca de la superficie. El borde de la hoja, que varía según las especies, puede ser entero, aserrado o dentado, ondulado o festoneado.

– Flores: Conocidas como azahar, desprenden una agradable fragancia debido a que los sépalos y los pétalos presentan glándulas de aceite por debajo de la epidermis del envés. Son de color blanco en la mayoría de los casos, pero también pueden ser violáceas, como en el caso del limonero y del cidro. Son generalmente hermafroditas y su tamaño es variable. Las más grandes son las del naranjo amargo y el pomelo, mientras que las más pequeñas se dan en mandarinos y limas. Se presentan aisladas o bien en racimos en forma de corimbo o cima. Las flores se unen al tallo por un pequeño pedúnculo de aproximadamente 1 cm. de longitud, que en su parte superior da lugar al receptáculo. Las flores de los cítricos están formadas por:

a) Un cáliz denso de color verde, compuesto por 5 sépalos fusionados cuya parte libre forma 5 pequeñas proyecciones. Conjuntamente con el disco y parte del pedúnculo, queda unido al fruto dando lugar a lo que comúnmente se conoce como pezón.
b) La corola, que posee 5 pétalos blancos o rosados, algo solapados y curvados hacia el interior de la flor. Son gruesos y largos, y presentan un aspecto coriáceo debido a la cutinización de su superficie.
c) Los estambres (20-40), blancos fi lamentos soldados a la base de la corola que forman un círculo dentro de ésta, y cuyas anteras, blancas o amarillas, poseen 4 lóculos. El disco floral aparece justo por encima de la unión de los estambres a la flor, entre los estambres y los carpelos, y recibe el nombre de disco nectarífero o nectario porque secreta un néctar acuoso hasta el momento en el que caen los pétalos.
d) El pistilo, que consiste en un ovario formado por 10 carpelos, un estilo y un estigma. El ovario se apoya sobre el disco nectarífero y es generalmente elipsoidal. El estilo tiene forma cilíndrica y diámetro menor que el estigma, que aparece en su extremo y es de forma esférica, más o menos achatada.

– Frutos: El fruto cítrico es una baya especializada llamada hesperidio, un fruto dividido en varias secciones o segmentos, cada uno de ellos envuelto por una membrana. Surge como consecuencia del crecimiento del ovario y se caracteriza por tener alrededor de diez unidades carpelares carnosas (gajos) unidas alrededor de un eje central, donde se sitúan las semillas dispuestas en forma radial en el centro del fruto.El tamaño y el color del fruto varían con la especie y la variedad. También la forma, que puede ser oval, piriforme o esférica (achatada o no). La parte carnosa o endocarpo está compuesta por los sacos de zumo o vesículas, estructuras normalmente delgadas y filamentosas que contienen mayoritariamente azúcares, ácidos orgánicos y agua, los constituyentes del zumo. Las vesículas están compuestas de un cuerpo grueso y un pedúnculo filamentoso que une la vesícula a la pared del segmento, y que es más o menos largo en función de la posición que ocupa la vesícula. En el pericarpo o cáscara, también llamado corteza, podemos diferenciar:

a) El Exocarpo o Flavedo, que es la parte más externa del fruto, cuya coloración depende en gran medida de la temperatura a la que se desarrolla. En él se encuentran las glándulas de aceites esenciales producidas por los frutos. Es grueso y puede ser más o menos liso o rugoso.
b) El Endocarpo, que es la parte más interna del pericarpo y constituye parte de la membrana locular.
c) El Mesocarpo o albedo, que es la parte intermedia entre ambos, la capa blanca de la cáscara.

– Semillas: Derivan de los óvulos a través de los diversos procesos de desarrollo que estos sufren. Presentan una amplia variación en cuanto a tamaño, peso, forma, color y homogeneidad. Sin embargo, existen características comunes dentro de cada especie; por ejemplo, las semillas del limón suelen ser pequeñas, redondeadas y puntiagudas. También hay variedad en cuanto al número de semillas por fruto, factor que puede cambiar ligeramente de un año a otro en función de la polinización y otros factores externos. Las semillas están constituidas por tres partes fundamentales con funciones específicas:

a) El embrión. Compuesto por hipocótilo, plúmula, y radícula; los dos últimos constituyen los rudimentos del tallo y la raíz.
b) Los cotiledones. Son los órganos de reserva, que la semilla utiliza en la diferenciación celular durante la germinación.
c) Las cubiertas seminales. Compuestas por una envuelta externa, la testa, y otra interna, el tegmen. Constituyen las defensas ante posibles ataques externos.

La apomixis es un fenómeno muy habitual en los cítricos, mediante el cual se producen embriones sin fecundación previa –es decir, asexualmente– desarrollados a partir de la nucela. Por lo tanto, las semillas que los contienen producen plantas de igual dotación genética que la planta madre. En los cítricos apomícticos se produce simultáneamente el proceso sexual y el asexual, formándose así semillas que tienen un embrión cigótico (fecundado) y uno o varios nucelares. El crecimiento del embrión cigótico es, frecuentemente, más lento que el de los nucelares, por lo que no suele completar su desarrollo y aborta. Permanecen en cambio los embriones nucelares, que perpetúan así las características genéticas de la planta madre. En los cítricos, la poliembrionía (aparición de dos o más embriones en una semilla) se produce prácticamente siempre de manera apomíctica. Es muy extraño que se produzcan dos o más embriones cigóticos en la misma semilla. Algunas variedades de cítricos, como las satsumas, son partenocárpicas, lo que significa que son capaces de formar el fruto en ausencia de polinización. Los óvulos, al no ser fecundados, no se desarrollan y quedan reducidos a pequeños rudimentos seminales, produciéndose por tanto frutos sin semillas. Las semillas de cítricos pierden su poder germinativo antes que muchas otras. Pueden verse afectadas por factores previos a la cosecha, como sequías prolongadas, heladas u otros, y también por factores posteriores a la cosecha, como una exposición excesiva al calor, al sol o al secado, así como el almacenamiento prolongado de la fruta. Por ello, la conservación del germoplasma de cítricos no se basa en el almacenamiento de semillas sino, fundamentalmente, en la conservación de los árboles enteros en plantaciones en campo o en instalaciones especiales protegidas.

Tipos

Cidra
Quizás fue el primer fruto que llegó a Oriente Próximo y al Mediterráneo, y es proveniente de las faldas del Himalaya. Tienen poco jugo, pero son intensamente aromáticas.

Lima
Es el más ácido de todos los cítricos, de hecho, casi el 8% de su peso es ácido cítrico.

Limón
Tienen hasta un 5% de ácidos cítrico en su jugo, con un aroma fresco e intenso que hace lo hace muy útil en la creación de bebidas.

Mandarina
Hace más de 3000 años que se cultivan en China e India. Son relativamente pequeñas y achatadas, con una piel roja que se pela fácilmente, siendo poseedoras, además, de un rico e intenso aroma.

Naranjas
Forman casi las tres cuartas partes de la producción mundial de cítricos. Son muy versátiles gracias a su tamaño moderado, dulzura, jugosidad y acidez.

Pomelo
Se trata de un híbrido de la naranja dulce y la toronja, que se dio en el Caribe en el siglo XVIII.

Toronja
Son los cítricos que requieren las condiciones más cálidas de cultivo para desarrollarse, de ahí que crezcan bien en el Asia tropical. Son grandes, jugosas y no tienen el amargor de sus primos hermanos, los pomelos.

Propiedades

Los cítricos son alimentos con pocas calorías, casi todas procedentes de azúcares muy digestibles. El contenido en grasas y proteínas es bajo, constituyéndose en un importante aliado en la dieta diaria, sobre todo en invierno. Están considerados entre las frutas frescas de mayor valor nutritivo y muy interesantes por su poder antioxidante, capaz de retrasar el envejecimiento celular y por tanto prolongadores de la vida.

Sus equilibrados contenido en agua, azúcares, ácidos, sales minerales (potasio sodio, hierro, calcio, fósforo, magnesio), fibras y vitaminas (retinol, tiamina, riboflavina, ácido pantoténico, niacina, biotina, ácido fólico, etc.) y sobre todo sus elevados contenidos en vitamina C que interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos, absorción del hierro de los alimentos y refuerza nuestro sistema inmunitario.

Beneficios

1. Fuente natural de vitaminas y minerales: Consumir limones y naranjas es una manera muy fácil de obtener las concentraciones de vitaminas A, B1, B2 y C, potasio, cobre y azufre que necesita nuestro cuerpo para funcionar adecuadamente. Con esta alimentación natural lograrás revitalizar tu organismo, fortalecer los tejidos, prevenir resfriados e infecciones de la mucosa, estimular las secreciones glandulares y equilibrar tu tensión arterial.

2. Protege tu sistema digestivo: Consumir cítricos te ayudará a protegerlo. La naranja desinfecta las vías digestivas, disuelve los alimentos, alivia la acidez del estomacal y favorece la cicatrización de las úlceras del duodeno y el estómago.

3. Controla los niveles de colesterol y ácido úrico: Las frutas ácidas son excelentes para bajar los niveles de colesterol y ácido úrico en sangre. Si consumes cítricos regularmente estarás previniendo el desarrollo de problemas circulatorios, afecciones cardiacas y enfermedades como la gota, que provoca terribles dolores en las articulaciones.

4. Piel bella y saludable: Las vitaminas y aceites esenciales de los cítricos son excelentes para nuestra piel. Consumirlos diariamente, sobre todo en ayunas contribuye a la limpieza, hidratación y embellecimiento de la epidermis. En el caso de sufrir enfermedades de la piel te recomiendo que comas 4 limas todas las mañanas, ya verás qué rápido te recuperas.

5. Previene y cura la diabetes: La diabetes es una de las enfermedades más recurrentes de las últimas décadas, sin embargo hay una forma sencilla y natural de prevenirla y controlarla ¡consume cítricos! El zumo de naranja estimula el funcionamiento del páncreas mientras la toronja regula los niveles de azúcar en sangre y controla las hipoglicemias.

6. Activa tu sistema inmunológico: Como ya sabes tu sistema inmunológico es el encargado de combatir esos agentes nocivos que penetran en tu organismo causándote todo tipo de enfermedades. Consumir naranjas te ayudará a reforzar tus defensas naturales, aumentar la resistencia contra infecciones y mantener tu sistema inmune activo para cada ocasión.

7. Desintoxica tu organismo: Nada como la naranja, el limón y la mandarina para eliminar todas esas sustancias tóxicas que incorporamos de ambiente y tienden a acumularse en nuestros tejidos provocándonos cansancio, afectaciones en diferentes órganos e incluso la aparición de tumores malignos. Comienza tu día con exquisitos zumos depuradores o estas frutas al natural. Presta atención especialmente a la mandarina, la cual es llamada la fruta ecológica, pues es capaz de eliminar el plomo, el mercurio, el cadmio y el cromo que se hallan en la sangre. ¡A comer mandarinas!

8. Depura tus órganos: La acumulación de sustancias en determinados órganos como los riñones, la vesícula y el hígado da como resultado la formación de cálculos biliares y renales, congestiones hepáticos y muchas otras enfermedades molestas y dolorosas que dificultan su funcionamiento. Consumir frutas del género Citrus puede curar y prevenir estas afecciones ya que son capaces de depurar los órganos y regenerar los tejidos. También resultan una solución maravillosa para los problemas intestinales, sobre todo la naranja, ya que controla diarreas y hemorragias.

9. Pierde peso: Si lo que deseas es eliminar esas libras de más los cítricos son ideales para ayudarte en tu cometido. Consume 1 toronja o pomelo en ayunas cada día, esto favorecerá la quema de grasa y la limpieza de tu organismo debido a sus propiedades diuréticas y laxantes. Lo mismo ocurrirá si tomas el zumo de un limón en un vaso de agua bien temprano en la mañana. Si deseas perder peso opta por los cítricos.