Enfermedades

Las enfermedades de las plantas han sido conocidas desde la antigüedad, pero generalmente eran atribuidas a fuerzas sobrenaturales.

Hongos de Madera

Los hongos pudridores de madera pueden ser agrupados en dos categorías según la forma en la cual pudren la madera. Estos dos grupos son denominados hongos de pudrición blanca y hongos de pudrición castaña. La madera consiste principalmente de tres componentes, lignina, celulosa y hemicelulosas. La celulosa es un polímero de anhídrido glucosa con uniones 1-4. Las hemicelulosas consisten de polímeros similares de glucosa con otras uniones o polímeros de monosacáridos diferentes a la glucosa. La lignina es un polímero complejo de unidades fenólicas. La madera de coníferas en general tiene un mayor contenido de lignina (27-35%) que la madera de angiospermas dicotiledóneas o “maderas duras” (19-24%).

Los hongos de pudrición blanca tienen un sistema de enzimas celulasa y lignasa que le permiten degradar todos los componentes de las paredes celulares de la madera. Algunos, sin embargo, remueven lignina mas rápido.La mayoría de ellos aparentemente remueve la lignina y polisacaridos casi al mismo tiempo, y la madera en estado intermedio o avanzado de pudrición contiene casi iguales proporciones de estos componentes que en la madera sana. La madera podrida por hongos de pudrición blanca tiende a perder gradualmente su propiedades de solidez y retiene su estructura fibrosa aún en estados avanzados. La madera podrida se vuelve esponjosa, filamentosa, o laminada y usualmente está manchada y descolorida en relación a la madera sana.

Los hongos de pudrición castaña remueven selectivamente celulosa y hemicelulosa de la madera. La madera podrida por hongos de pudrición castaña pierde rápidamente sus propiedades de solidez y experimentan roturas drásticas. En estados avanzados la madera es reducida a un residuo de trozos amorfos, blandos, castaños, cúbicos, compuestos mayormente de lignina ligeramente modificada.

¿Cómo se desarrolla?

Las enfermedades de la madera se encuentran entre los problemas fitosanitarios más perjudiciales que afectan al cultivo de la vid, tanto en planta joven como adulta. Diversos factores como la intensificación del cultivo, el uso de material vegetal de propagación de baja calidad sanitaria, la prohibición en el uso del arsenito sódico, la realización de podas cada vez menos esmeradas, y la escasa protección de las heridas de poda, entre otros, han contribuido a un aumento considerable de la incidencia de las enfermedades de la madera de la vid en todo el mundo en las últimas dos décadas.

Las enfermedades más importantes detectadas en la actualidad son yesca y enfermedad de Petri en planta adulta; y enfermedad de Petri, pie negro y decaimiento por Botryosphaeria en plantaciones jóvenes. Estas enfermedades afectan tanto a plantaciones adultas (más de ocho años) como a plantaciones jóvenes (menos de ocho años). Existe gran diversidad de especies fúngicas entre los agentes causales de las enfermedades de madera de la vid, causando todos ellos un síntoma común que consiste en una alteración interna de la madera de la planta, la cual puede ser por necrosis o podredumbre seca.

Como consecuencia, la planta muestra menor vigor y desarrollo, ausencia o retraso de la brotación, acortamiento de entrenudos, y clorosis en hojas y/o marchitez, provocando un decaimiento general de la planta que puede causar la muerte de la misma.

Estos síntomas externos generales que causan todos los hongos asociados a las enfermedades de madera dificultan el diagnóstico exacto de los agentes causales que están provocando la muerte de la planta mediante la observación directa de síntomas externos. Por ello, un correcto diagnóstico de la enfermedad requiere de la observación de los síntomas internos en la madera afectada, que diferirán en función del tipo de enfermedad de madera que esté afectando a la planta. Además, cabe destacar la alta frecuencia en la que podemos encontrar infecciones conjuntas de varios patógenos de madera en una misma planta, aspecto que hace aún más complejo un diagnóstico preciso de la enfermedad.

¿Cómo se identifica?

Decaimiento por Botryosphaeria
El síntoma típico de esta enfermedad es la necrosis sectorial de la madera de los brazos o del tronco principal de las plantas , observándose el decaimiento progresivo de brazos o la muerte de plantas. Esta enfermedad está causada por un gran número de especies fúngicas de la familia Botryosphaeriaceae, siendo las más frecuentes Diplodia seriata y Neofusicoccum parvum. Estos hongos se caracterizan por producir picnidios en la madera afectada cuando las condiciones de humedad y temperatura son adecuadas para su desarrollo. Las esporas (picnidiosporas) son dispersadas por el viento y por el impacto de las gotas de agua durante las lluvias.

Estos hongos también tienen una fase de reproducción sexual en invierno durante la cual forman peritecios en los restos de madera muerta (en vides afectadas o restos de poda) en los que se forman ascas y ascosporas que también pueden servir de fuente de inóculo para infecciones tempranas, al inicio del ciclo productivo de la planta. La infección de estos hongos se produce principalmente cuando las esporas se depositan sobre las heridas de poda, y germinan penetrando en el interior de los tejidos vegetales.

Yesca
Las hojas de las plantas afectadas adquieren un color verde claro volviéndose cloróticas progresivamente, desarrollándose puntos irregulares entre las venas o en los márgenes de las hojas, que se extienden hacia el exterior de las partes distales de los brotes evolucionando posteriormente a necrosis. El síntoma más común es una podredumbre seca de la madera, característicamente blanda, interna, y de color crema o amarillento. La podredumbre comienza normalmente a partir de una herida de poda y aparece separada por una línea negra de otra zona más exterior, de consistencia dura, en la que se pueden apreciar puntos o estrías necróticas.

Esta enfermedad está causada por los hongos basidiomicetos Fomitiporia mediterranea y, con mucha menor frecuencia, Stereum hirsutum. De la línea negra y puntos y estrías necróticas se aíslan mayoritariamente ascomicetos asociados a la enfermedad de Petri, como son Phaeoacremonium spp., Phaeomoniella chlamydospora y Cadophora luteo-olivacea. Cualquier tipo de herida en la planta favorece la infección de estos hongos.

Enfermedad de Petri
La enfermedad de Petri es característica de vides jóvenes, apareciendo sus síntomas pocos años después de la plantación. Los síntomas asociados a esta enfermedad consisten en un retraso del desarrollo y escasa vitalidad de las plantas mostrando brotación reducida o retrasada, brotes con entrenudos cortos, hojas de menor tamaño y cloróticas y, finalmente, la muerte de las plantas. La enfermedad afecta a la parte basal del patrón, colonizando los tejidos xilemáticos, de modo que al realizar cortes transversales y longitudinales de la madera se observan pequeñas punteaduras o estrías necróticas, respectivamente, correspondientes a los vasos afectados por la enfermedad (fotos 2a y 2h), observándose en ocasiones exudaciones gomosas. La obstrucción de los vasos xilemáticos provoca una insuficiencia hídrica y la escasez de suministro de nutrientes a las partes vegetativas de la planta provocando el decaimiento general de la planta.

Los agentes causales son Phaeoacreomonium spp., Phaeomoniella chlamydospora y Ca. luteo-olivacea. Además, estos hongos están asociados a la yesca en planta adulta, ya que actuarían previamente en la degradación de la madera, favoreciendo la colonización posterior de ésta por F. mediterranea y S. hirsutum. Los hongos causantes de la enfermedad de Petri se consideran hongos de suelo pudiendo infectar a las plantas a través de las heridas provocadas en el sistema radicular o en la parte basal del patrón en contacto con el suelo. Estos hongos pueden sobrevivir en los viñedos en hospedantes alternativos como las malas hierbas. Además, también pueden infectar de forma aérea a través de la infección de las heridas de poda.

Eutipiosis
Los síntomas típicos son presencia de brotes raquíticos con entrenudos cortos y pequeños en las plantas afectadas, y hojas con clororis y/o necrosis marginal e internervial con tejido muerto. En el tronco y brazos se observa una necrosis sectorial de color marrón oscuro, en forma de cuña, que provoca la muerte de brazos, y progresivamente la muerte total de la planta. Esta enfermedad está causada principalmente por el hongo ascomiceto Eutypa lata y, en menor medida, por otras especies pertenecientes a la familia Diatrypaceae, de las cuales se han referenciado hasta cuatro de ellas en madera afectada por esta enfermedad: Anthostoma decipiens, Cryptovalsa ampelina, Eutypella citricola y Eutypella microtheca. Eutypa lata produce estromas en la madera afectada formando peritecios (estructuras de reproducción sexual). Las ascosporas se liberan a lo largo del año diseminándose por el viento, y los conidios se diseminan principalmente por el impacto de las gotas de lluvia, penetrando en la planta a través de las heridas de poda realizadas durante el invierno o inicios de primavera, infectando y colonizando la madera.

Pie negro
Esta enfermedad se caracteriza por afectar al sistema radical y a la base del patrón de plantas jóvenes, provocando lesiones necróticas que resultan en una reducción de la masa radicular. En la madera del portainjerto puede observarse una necrosis generalizada que se inicia desde la base del mismo y se extiende hacia arriba. En cortes transversales, estas lesiones necróticas pueden ir desde la médula hasta la corteza. Como consecuencia, las plantas infectadas presentan una reducción del desarrollo y menor vigor, ausencia o retraso de la brotación, acortamiento de entrenudos, clorosis en hojas y/o marchitez, y un decaimiento general que puede acabar con la muerte de la planta. Los agentes causales de esta enfermedad pertenecen a los géneros Campylocarpon, Cylindrocarpon, Cylindrocladiella, Dactylonectria e Ilyonectria. Estos hongos infectan las plantas a través de heridas en las raíces o en la parte basal del patrón que está en contacto con el suelo.

Cabe destacar, que estos patógenos son frecuentes en vivero donde pueden aislarse de las raíces y de la base del patrón tanto de plantas madre, como de planta injertada, por lo que el material de propagación de vid podría estar ya infectado al establecer una nueva plantación. Algunos de estos hongos producen estructuras de resistencia (clamidosporas) que les permiten sobrevivir durante largo tiempo en ausencia de su hospedante, siendo el suelo una importante fuente de inóculo. Las malas hierbas también son hospedantes alternativos de estos patógenos que les permitirán sobrevivir en los viñedos durante largos periodos de tiempo.

¿Cómo se puede controlar?

Actualmente, no existen estrategias de manejo que permitan un control óptimo de las enfermedades de la madera de la vid. Desde la prohibición del uso del arsenito sódico, y la sustitución de esta materia activa por fungicidas menos efectivos, se ha venido observando un aumento progresivo de las enfermedades de la madera de la vid en todo el mundo. Debido a la poca eficacia de los tratamientos fungicidas, la mayoría de estudios realizados en los últimos años para el control de estas enfermedades han sido enfocados desde el punto de vista de la prevención y del uso de adecuadas prácticas culturales. La prevención de las enfermedades de la madera de la vid tiene que llevarse a cabo desde el momento en el que adquirimos el material vegetal para establecer una nueva plantación.

Estudios recientes indican que las plantas procedentes de vivero pueden estar infectadas con una frecuencia elevada por los patógenos asociados a las enfermedades de la madera. En este sentido, los tratamientos por termoterapia con agua caliente al material vegetal en estado latente a 53ºC durante 30 min son capaces de eliminar estos patógenos del material de propagación sin que este pierda viabilidad del material vegetal. El uso de agentes de biocontrol, como Pythium oligandrum y Trichoderma atroviride, ha resultado efectivo para reducir la infección de estos hongos en vivero. Recientemente, cepas bacterianas aisladas de la madera de la vid y del hollejo de la uva han resultado ser antagonistas de las especies N. parvum y P. chlamydospora.

El uso de portainjertos y variedades resistentes para un manejo integrado de estas enfermedades está resultando de gran interés en los últimos años. Actualmente, éstas son líneas de investigación activas de las que se espera obtener importantes resultados para el control y prevención de las enfermedades de la madera de la vid en un futuro próximo. Una vez establecida la plantación, se recomienda encarecidamente realizar un manejo adecuado del cultivo, particularmente en lo relativo a la poda, y el uso de las buenas prácticas culturales. Evitar las situaciones de estrés hídrico sin dar riegos excesivos y realizar una fertilización adecuada sin forzar la producción serán prácticas esenciales que deberán llevarse a cabo durante los primeros años de la plantación.

La protección de las heridas de poda mediante el pintado con soluciones fungicidas evitará en gran medida la infección de las plantas por parte de los hongos de dispersión aérea. Los restos de poda son una importante fuente de inóculo de estos patógenos, por lo que se recomienda su destrucción tras la poda retirando del campo todos los restos de material vegetal podado.

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