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Fuerte recuperación de cultivos orgánicos en Perú impacta en precios de exportación

El país aumentó en un tercio su número de productores en este segmento a más de 107 mil en un año, pero con una fuerte concentración de los envíos a Estados Unidos y la Unión Europea, impactando sus precios.

Pocos conocen las tendencias en la agricultura orgánica como Alfredo Lira Chirif. El gerente general de la firma peruana Agrícola Cerro Prieto produce unas 12.000 toneladas de arándanos y paltas orgánicos que apuntan al mercado estadounidense. El problema, dice, es que este año ha debido enfrentar una mayor competencia de otros productores que han apuntado al mismo segmento, lo que ha impactado en los precios. “Este año los precios a comparación del año pasado han tenido una disminución de alrededor del 20 o 25% porque hay más oferta peruana de arándano orgánico y se observa en el mercado”, dice.

Gran parte de la competencia viene de sus propios compatriotas. En Perú, los productores que se han certificado como orgánicos, aquellos que utilizan métodos de producción exclusivamente naturales —los que restringen el uso de aditivos químicos o cualquiera otra sustancia que contenta materiales sintéticos, tales como pesticidas, herbicidas y/o fertilizantes artificiales— han alcanzado cifras récords. Según el Sistema Informático para control de la producción orgánica (SICPO), en 2020 llegaron a los 107.003 productores. La cifra no solo representa una recuperación de 32% frente a 2019, año en que se registró una importante caída. El dato más reciente es también el máximo histórico, superando los 103,554 productores de 2018. Cerca del 94% son pequeños agricultores asociados o constituidos en un 90% mediante operadores grupales certificados por los 11 organismos de certificación autorizados por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa).

«Estos operadores en su gran mayoría forman parte de la agricultura familiar y se caracterizan por tener un sistema interno de control (SIC) debidamente articulado y operativo a nivel de cada productor, que garantiza el cumplimiento de la norma nacional de la producción orgánica y de los principales mercados de agroexportación, además de contar con los certificados de Global Gap, Rainforest Alliance y de Comercio Justo, entre otros», dice Pedro Molina, director de la Subdirección de Producción Orgánica de Senasa.


“La gran mayoría de los productores forman parte de la agricultura familiar y se caracterizan por tener un sistema interno de control (SIC) debidamente articulado y operativo ”.

Pedro Molina, director de la Subdirección de Producción Orgánica de Senasa


Molina apunta a que en 2020, pese a las restricciones sanitarias por el COVID 19, la superficie orgánica y número de productores se incrementó de forma significativa, lográndose que casi el 90% de la producción nacional se exporte a los mercados de Norteamérica y de la Unión Europea, con un valor FOB aproximado de 520 millones de dólares, según fuente de Sunat y/Promperú. Es un alza de 25% frente a los US$ 414 millones del año previo. “Es un crecimiento considerable”, dice Molina. “Además de la demanda desde el mercado europeo y de EE UU, ahora vemos productos orgánicos van ingresando al mercado asiático, como Corea y Japón. Es una excelente posibilidad, sobre todo para los pequeños productores de café, cacao, quinua, banano, castaña”.

Precisamente los cultivos más importantes certificados como orgánicos son el café, cacao, banano y quinua y, la castaña (nuez de Brasil), considerada como una actividad de recolección silvestre, que abarcan casi el 95% de la superficie orgánica certificada y en transición.

En 2020, los 11 organismos de certificación autorizados por el Senasa reportaron un total de 464,546.85 hectáreas certificadas como orgánicas y 95,157.84 hectáreas en transición, superficies que luego de un proceso de evaluación e inspección se pueden convertir en orgánicas.