El ojo experto del agricultor ha sido (casi) siempre la mejor forma de identificar las amenazas para sus cultivos. Sin embargo, las plagas recién llegadas, o aquellas que viajan desde otros continentes, pueden confundir incluso al más entrenado. Y más todavía a aquellos que no han recibido suficiente información. Por eso, la tecnología puede ser una ayuda para no errar en la identificación del invasor. El gusano cogollero americano (Spodoptera frugiperda) amenaza desde hace dos años los cultivos africanos, especialmente el maíz. Pero una nueva app móvil pretende ayudar a los agricultores del continente a detectar su presencia.
El sistema Nuru ha sido desarrollado por la FAO (agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura) y la Universidad estatal de Pensilvania (Estados Unidos), y recurre a la cámara de los smartphones para captar los síntomas de la presencia del gusano. “A veces no se ve a simple vista, y hay que abrir la planta, dañándola, para localizarlo”, señala Keith Cressman, de la FAO. “Con esta aplicación se evita eso y también falsas alarmas que afectarían a la calidad de las estadísticas”.
“El usuario sube una imagen de sus cultivos de maíz y obtiene una evaluación del análisis combinado de inteligencia artificial y de un experto humano”, explica David Hughes, catedrático de la universidad estadounidense. Pero la aplicación también funciona sin conexión a Internet, lo que amplía su utilidad en países con cobertura limitada. Nuru se sirve de una tecnología que ya se ha usado para diagnosticar otras pestes, como las que afectan a la yuca. “Y pretendemos añadir otros cultivos”, apunta el académico.
Otra ventaja es que la app, además de en inglés y francés, funciona en lenguas como el suahili y el tui. “Y la idea es traducirlo a otros idiomas locales”, agrega Cressman. Para extender su uso, la FAO está repartiendo entre los expertos de los ministerios de agricultura de los países afectados, que son más de 37 de Senegal a Somalia y de Chad a Mozambique. También han recibido aparatos algunos líderes comunitarios.
Además de permitir un diagnóstico temprano y una reacción rápida, los datos que proporcionen todos los usuarios se agregan al sistema Famews, lo que permite hacer un seguimiento de la evolución de la plaga por un continente en el que una gran parte de la población vive de lo que cultiva. “Y sobre todo, permite hacerlo rápidamente, porque dada la velocidad a la que viaja [las polillas pueden desplazarse hasta 100 kilómetros por noche] la velocidad es básica para que sea útil”, añade el experto. Hay expertos en cada país que validan los datos, antes de publicarse, en un plazo de 48 horas.
La del gusano cogollero es una plaga de origen americano controlada en aquel continente, entre otras cosas, gracias al uso de pesticidas químicos y de cultivos de maíz transgénicos adaptados para resistir al gusano. Sin embargo, hay quien sostiene que esa no es una solución adecuada para las decenas de millones de pequeños agricultores africanos. Porque no se los podrían permitir y, por tanto, dependerían de ayudas y donaciones generándose así una dependencia de las mismas.
La FAO defiende que medidas innovadoras como estas aplicaciones móviles son de gran utilidad para obtener información sobre los movimientos del cogollero y así poder dar una respuesta coordinada. La organización dice que aún quedan por reunir 75 millones de dólares para sacar adelante un programa de lucha contra la plaga que proteja las cosechas africanas de aquí a 2022.